«Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según Su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, 4 para obtener una herencia incorruptible, inmaculada, y que no se marchitará, reservada en los cielos para ustedes. 5 Mediante la fe ustedes son protegidos por el poder de Dios, para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo» (1 Pedro 1:3-5).

Un refrán popular dice: «Mientras hay vida, hay esperanza». Esta frase adquiere un significado totalmente nuevo en Jesucristo. Jesús pagó el precio del pecado de la humanidad. Al morir en nuestro lugar, Él venció «al que tiene el poder de la muerte, es decir, al diablo» (Hebreos 2:14).

Además, su resurrección demostró que la muerte perdió su poder. Los cristianos ya no tienen que temer a la muerte, porque han recibido la vida eterna.

El cristiano tiene una esperanza viva, incluso al morir. Después de todo, la muerte física es inevitable para el hombre, así que si tenemos promesas únicamente para esta vida terrenal, esto sería una esperanza muy miserable al final. Pero la Biblia habla de la vida después de la muerte y de «obtener una herencia incorruptible, inmaculada, y que no se marchitará, reservada en los cielos para ustedes» (1 Pedro 1:4).

¿Crees que tienes esta esperanza viva