Un fanático, en su afán por ir al Mundial de Qatar 2022, cultivó hasta marihuana para asistir al Mundial Árabe. Sin embargo, Pablo Clementi fue uno de los primeros hinchas argentinos en instalarse en Qatar. No sin antes pasar una odisea literalmente.
Este cordobés, que vive en Australia, relató desde la habitación que alquila en el complejo Barwa de Doha los viajes y las dificultades que debió atravesar para alentar al país durante el Mundial de Qatar.
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El hombre de 30 años dejó la Argentina en julio de 2020 para irse a vivir a Barcelona. Su plan inicial era volar hacia Australia y radicarse allí, pero cambió de idea por el avance de la pandemia por el coronavirus, tal como reseña TN.
“Conseguí alojamiento en España y empecé a trabajar como delivery. Eso lo hice durante seis meses. En paralelo trabajaba en un call center. Todo hasta que me aburrí, me cansé, me tomé un vuelo y me fui a Estados Unidos a vivir otra aventura”, relató.
El argentino que cultivó marihuana para asistir al Mundial 2022 y no le pagaron
Allí consiguió empleo en una cosecha de cannabis. “Muchos argentinos estuvimos ahí: a algunos les fue bien, a otros no tanto. Hice un trabajo meramente de campo, con un arreglo económico por hora. Me pagaban 17 dólares, después subió a 18. Se trabajaba entre 12 y 14 horas por día”.
Pablo recordó esa etapa como una apuesta, una moneda al aire que podía caer bien o mal, pero que valía la pena arriesgarla. “El sacrificio era para hacer una diferencia económica y viajar al Mundial. Sin embargo, la temporada no fue buena y aún estoy esperando que me paguen el dinero”, reconoció.
“Trabajé dos meses en la cosecha de California. Lo que me deben es un dinero importante que prefiero no mencionar”, dijo. Consultado acerca de si le ofrecieron pagarle con marihuana, contestó que eso no sucedió con él, pero que conoció otros casos similares en donde si surgió tal propuesta.
“Yo estaba en una granja legal. A muchos les ofrecen darle marihuana y que la revendan, pero en Estados Unidos eso es peligroso. En mi caso el dueño de la granja dio la cara y es cuestión de esperarlo”, contó.
Y agregó: “No se podía fumar durante las horas de trabajo. Hay gente que, como hábito, fumaba desde que se despertaba hasta que se iba a dormir. Yo no fumé ni tampoco me pagaron”.
Destacó que “con lo que gano le mando una ayuda económica a mi vieja que lo necesita. Es jubilada, tiene su casa, su auto, pero no es suficiente. Para el Día de la Madre le regalé las cubiertas del auto. Es una forma de agradecerle que me haya apoyado en todas mis decisiones”.
(E)
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