
«No niegues el bien a quien se le debe,
Cuando esté en tu mano el hacerlo.
No digas a tu prójimo: «Ve y vuelve,
Y mañana te lo daré»,Cuando lo tienes contigo.
No trames el mal contra tu prójimo,
Mientras habite seguro a tu lado.
No pelees con nadie sin motivo,
Si no te ha hecho daño.» (Proverbios 3:27-30)
Lectura: Proverbios 3:27-30
Una vida sana y prudente demanda tener los pies puestos en la tierra. Como nos dice el texto de hoy: «trata bien a los demás cuando esté en tu mano hacerlo». Esto comienza simplemente dando a los demás el bien que se merecen, en lugar de negárselo en nuestro beneficio. A lo largo de la historia, hay numerosos ejemplos de personas que han explotado a sus semejantes. Lo cual enfurece a Dios, y no dejará impune. Por ejemplo, Dios dice en Malaquías 3:5: «entonces me acercaré a vosotros para juzgaros. Seré testigo rápido contra […] los que oprimen al jornalero en su salario, a la viuda y al huérfano, contra los que desprecian al forastero y no me temen, dice el Señor de los ejércitos».
Puede parecer insignificante dar a los demás el bien que se merecen, es decir, algo que no es excepcionalmente sabio ni santo. Sin embargo, las personas oprimimos a otros tan a menudo, que necesitamos que se nos recuerde explícitamente lo que es bueno: «hacer justicia, amar la bondad y caminar humildemente con nuestro Dios» (Miqueas 6:8).