Mientras que la invasión rusa a Ucrania inicia su tercera semana y los ataques rusos se ceban cada vez más con la población civil, más de 2,5 millones de personas se han visto obligadas a huir del país.
La mayoría de ellas, un millón y medio de personas, han cruzado a Polonia desde que comenzó la guerra el 24 de febrero.
Cada día, unas 10 mil personas pasan por la estación de tren de Leópolis, en el extremo oeste de Ucrania, para subirse a trenes hacia el exilio en Europa: la frontera con Polonia se encuentra a solo 70 kilómetros.
En tiempos normales, recorrer la ruta de Leópolis a la localidad de Przemysl —a 96 kilómetros de distancia y al otro lado de la frontera polaca— solía llevar unas 2 horas y 22 minutos, de acuerdo a la publicación de Bussines Insider.
Así es la odisea para salir de Ucrania
Hoy en día, quienes se suben a estos trenes repletos de gente pueden tardar hasta 12 horas en llegar a su ansiado destino.
- La gran estación de tren de Leópolis se ha convertido en un centro bien organizado, aunque abarrotado, para las personas desplazadas por los ataques en ciudades como Kiev, Dnipro y Járkov, y para sacar a la gente del país.
- Se colocaron barricadas metálicas para poder controlar los diferentes flujos de tránsito peatonal. Los voluntarios proporcionan comida, té caliente e información. En los andenes de los trenes se habilitaron zonas para personas mayores y discapacitadas.
- Los agentes de la guardia fronteriza sellan los pasaportes o actas de nacimiento, porque a veces eso es todo lo que lleva encima quien busca salir del país, frente a cada vagón de tren que se dirige al extranjero.
El pasado jueves 10 de marzo, un tren con destino a Przemysl salió de Leópolis cargado al doble de su capacidad normal, con más de 100 pasajeros en cada vagón.
- Los viajeros, que han llegado allí después de recorrer en muchos casos cientos de kilómetros, viajan de pies o sentados, como pueden, ocupando cada centímetro de suelo. La mayoría son mujeres, niños y ancianos, debido a la política ucraniana que prohíbe la salida del país a los hombres considerados en edad militar (entre 18 y 60 años).
- El tren, que tenía su salida prevista para las 12:12 de la tarde, inició su marcha con media hora de retraso.
- Unos 15 minutos después del inicio del viaje, el tren se detuvo, sembrando la inquietud entre los viajeros. Muchos de los que se han subido al tren no saben si encontrarán un hogar, o incluso un país, al que regresar cuando acabe la pesadilla de la guerra.
- A medida que pasan los minutos, al murmullo de la conversación se unen los llantos de los bebés. Algunos pasajeros aprovechan la parada para turnarse con otros, de manera que todos puedan levantarse y sentarse.
- Pero en un tren cargado hasta los topes, donde no existe espacio libre para moverse fácilmente, la mayoría simplemente se mantiene estoicamente en el mismo sitio. Cuando el tren comienza por fin a moverse más de una hora después de la parada, el vagón estalla en aplausos.
Ucrania rechaza la idea de una neutralidad basada en modelo austriaco o sueco
Una joven madre con una hija de 7 años en su regazo recuerda que acababan de pasar 15 horas en un autobús para llegar a Leópolis desde Járkov, una de las ciudades más golpeadas por Rusia, escenario de luchas callejeras continuas y bombardeos aéreos y de artillería desde el primer día.
En la recién construida autopista de varios carriles hacia la capital polaca, Varsovia, muchos de los coches están manchados de barro y llevan matrículas ucranianas.
En el interior, los ocupantes se apoyan en mantas y almohadas mientras los coches los transportan hacia el oeste, lejos de las bombas y la pesadilla de la guerra, pero lejos también de sus casas y algunos seres queridos. (I)